sábado, 23 de abril de 2011

Sentencia de Muerte!!!


Qué procura el Procurador al irse lanza en ristre contra la comunidad diversa sexualmente. Es preocupante que cada vez que la Corte les reconoce un derecho a las personas LGTB o a las mujeres, Ordóñez articule un velo de controversia que parece deslegitimar la decisión frente a un país lleno de las dudas propias de un catolicismo pacato.

Posterior al fallo que reconoce la porción conyugal para parejas en unión libre y parejas homosexuales, el Procurador y algunos representantes de la Iglesia ungieron la cruz de agua bendita y calentaron la hoguera.

No se debe criticar a Ordóñez por pertenecer al Opus Dei, ni siquiera por sus ideales tan conservadores que se aferran a una idea limitada de familia, estamos en un país libre pese a él mismo, y sus ideales son respetables. Sin embargo, los ataques contra las libertades humanas y el afán por defender lo que llaman “orden natural” puede interpretarse de muchas maneras en una sociedad que resuelve las diferencias con el uso de la violencia.

Una cosa es el prejuicio que hace que prefiramos tener de vecino a un corrupto que a un homosexual, pero otra es que siendo funcionario público de un Estado laico, del Estado Social de Derecho, Ordóñez atice el fuego de ideas que pueden - sin que sea su pretensión consciente - manifestarse en hechos violentos.

De la Iglesia, ni qué decir. La historia está acostumbrada a la ceguera ante los atropellos contra los inocentes. La ausencia de reacciones contundentes contra el abuso de niños, la Inquisición, las cruzadas, dejan un sinsabor que ya no causa extrañeza.

Con todo el respeto que merezca el consabido “orden natural” y las más conservadoras posiciones, no es aceptable que se superpongan al derecho a la vida de la gente. No es admisible que desde la institucionalidad se repliquen discursos homofóbicos y misóginos que señalan con el dedo a los condenados.

Según la corporación Caribe Afirmativo, del año 2007 hasta 2010 se reportaron 27 muertos por homofobia en la región, y en lo que va del año ya se cuentan cuatro víctimas. Los últimos asesinatos de homosexuales registran la sevicia y el desprecio, como se evidenció en el caso del estilista Israel Polonia Poveda, encontrado muerto y torturado el 3 de abril en Soledad. Su cuerpo fue hallado en un paraje abandonado, cerca de su casa, con una herida en la garganta y otra en el abdomen, y signos de estrangulamiento y violación sexual, pues fue hallado con un palo entre sus piernas.

Los crímenes por homofobia dibujan el odio y los prejuicios en la manera cómo se ejecuta el homicidio. En la documentación de los casos por parte de las organizaciones de derechos humanos se ha logrado establecer las características comunes de todos estos asesinatos: la crueldad. Antes del castigo pagano de la crucifixión, se empalaba a la gente con un poste vertical. Los tormentos sobre el cuerpo son conocidos por una religiosidad que tuvo su máxima manifestación en la Inquisición. La tortura aparece una y otra vez como forma de purgar el pecado.

Señalar así a una minoría es lanzar una sentencia de muerte. El Ministerio Público debe ser más responsable. Con la Iglesia ya perdí toda esperanza.

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